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La querella, requisito para que las autoridades federales indaguen los centros del Regnum Christi, donde hay mujeres en presunta esclavitud.

Rubén Mosso y Angélica Mercado

La Procuraduría General de la República sí puede realizar una investigación por la existencia de centros de los Legionarios de Cristo donde supuestamente hay mujeres en estado de esclavitud, informaron funcionarios de la dependencia.

Sin embargo, dejaron claro que el Ministerio Público federal necesita primero conocer de la existencia de una querella para poder actuar y determinar si realmente se tipifica el delito, pues la institución no puede actuar de oficio.

Consultados sobre las consagradas en el Regnum Christi, las autoridades federales manifestaron que es determinante el testimonio de una persona afectada o de un testigo de los hechos.

De eso dependerá la intervención del agente del Ministerio Público federal o de alguna otra autoridad que determine los delitos que se pueden configurar, pues si bien se asegura que están en estado de casi esclavitud, también es cierto que están ahí por su propia decisión.

Sin embargo, señalaron que se puede indagar si al interior de esos centros se ha cometido algún tipo de vejaciones que atenten contra la dignidad de las personas o que sean violatorias de los derechos humanos.

Por el momento, dejaron claro que no se puede calificar algún delito contra las mujeres, pues no existe una denuncia por parte de ellas o de los familiares.

Por su parte, distintos senadores demandaron que se investigue el caso de las 900 consagradas en la Legión de Cristo, al advertir que pueden configurarse delitos como trata de personas y violaciones a la ley que protege a los niños, en primera instancia, aunque también subrayaron que es necesario que las afectadas denuncien.

El panista Guillermo Tamborrel, presidente de la Comisión de Grupos Vulnerables, dijo que podría configurarse la trata de personas si es que fueron abusadas mentalmente para someterlas a una especie de esclavitud laboral.

René Arce, quien ha dado seguimiento al caso Maciel, planteó que no se puede perseguir de oficio si fue reclutamiento voluntario; sin embargo, de haber denuncias, la PGR tendrá que atraer el caso.

En tanto la senadora panista Judith Díaz, presidenta de la Comisión de Género, destacó que de haber menores involucradas sí puede investigarse de oficio y la Iglesia está obligada a colaborar abriendo ese expediente.

En entrevista telefónica, el senador Tamborrel, quien hace unos días presentó una iniciativa de reformas en materia de trata de personas, explicó que más allá de si se configura este delito es un asunto que se debe investigar.

“La trata de personas es donde se explota de manera sexual o laboral y esto se traduce en producir una utilidad a favor del explotador, y desde luego que aquí también están el engaño, por ejemplo, las amenazas por ejercer un poder. Eso es trata de personas.”

Aseguró que esa manipulación de la gente “se puede tipificar como trata de personas a mi entender, esto ya le correspondería a un juez determinarlo, pero desde luego que sí. Hay una explotación manipulando las creencias religiosas”.

Respecto a la situación de las consagradas, Tamborrel ponderó que lo que él sabe es que se trata de profesionistas que piensan que con su trabajo pueden aportar sirviendo a Dios. Sin embargo, si hay víctimas que se asuman como tales, la PGR tendrá que investigar, máxime si hubo menores involucradas como se presume que hay niñas de 17 años en este caso.

“La ley prevé como agravantes cuando la víctima es menor de edad, presenta alguna incapacidad o es incapaz de comprender el acto o resistirse a él. Entonces, en este sentido, en donde detrás de todo hay una especie de extorsión en cuanto al manipuleo de la fe, ‘te vas a condenar si no me apoyas’, y eso se debe investigar”, acotó.

Arce Islas subrayó que, aun cuando el padre Maciel haya fallecido, se puede indagar a la congregación para determinar si cae en el delito de trata de personas, porque “en asociaciones religiosas se maneja mucho el asunto voluntario y entonces eso hay que checar hasta dónde fue voluntario y hasta dónde fue obligatorio, qué se hizo con esos recursos y si hubo menores”.

La senadora Díaz demandó que la Iglesia colabore para esclarecer este caso, pues tratándose de menores involucradas hay una ley de protección a los niños que permite a la PGR atraerlo de oficio; sin embargo, coincidió con los senadores en que se requiere que las víctimas denuncien, “porque nadie puede permanecer sin su voluntad en un lugar donde no quiera estar, pero si es bajo su propia responsabilidad, es otro tema”, aclaró.

Sandoval se niega a vigilarlos

••• Aunque es uno de los candidatos propuestos por el Vaticano para ser el comisario de los Legionarios de Cristo en México, el cardenal de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, dice no estar enterado oficialmente por la santa sede, aunque de entrada la idea no le agrada.

“No voy a ser, no estoy más que enterado de que el Papa va a poner un comisario que los represente, es todo lo que sé […] no, yo no voy a ser, no me agrada la idea…”, dijo el purpurado en una breve entrevista.

La propuesta fue hecha por uno de los altos clérigos de la Iglesia católica, Sandro MaSandro Magíster, quien aseguró este lunes en un artículo en la prensa italiana que el nombre del purpurado fue propuesto por los visitadores apostólicos de la Legión, durante el encuentro que sostuvieron en Roma este fin de semana.

Juan Sandoval es uno de los religiosos de mayor fuerza en el Vaticano y de los hombres de mayor confianza del papa Benedicto XVI.

Sandoval fue propuesto porque conoce bien a la congregación fundada por Marcial Maciel, la cual tiene en México su patria histórica, además de que es el titular en la capital italiana, como purpurado de la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, propiedad de los Legionarios . (Guadalajara • Rodolfo Madrigal Castro)

Milenio
04 de mayo de 2010

Los obispos visitadores se sorprendieron al conocer la existencia de consagradas en el Regnum Christi y de la rigurosa normatividad en la que viven, la cual no aceptaría la Iglesia católica en la actualidad.

Eugenia Jiménez

Para el fundador de Legionarios de Cristo era importante la participación femenina, pero sólo para conseguir donativos

México.- Mujeres sonrientes, con buenos modales, de buena presencia y escasa formación cultural y religiosa, que decidieron consagrar su vida al Regnum Christi de los Legionarios de Cristo, viven sometidas en los centros de la congregación en una esclavitud voluntaria que les impide opinar, tener amistades y cercanía con su familia. Bajo un régimen de control total se les ha utilizado por décadas para obtener recursos y vocaciones. Y todo en nombre de Dios.

A cuarenta años de haberse integrado el primer grupo de consagradas, creado por Marcial Maciel, se descubrió que no están reconocidas por la Santa Sede, incluso los visitadores apostólicos se sorprendieron al conocer de su existencia y de la rigurosa normatividad en la que viven, la cual no aceptaría la Iglesia católica en la actualidad.

Actualmente son cerca de 900, provenientes de España, México, Estados Unidos, Francia, Italia, Alemania y Nueva Zelanda, principalmente. En el país son aproximadamente 300 en sus centros instalados en Monterrey (hay dos casas, una con 50 y otra con 150 jóvenes recién consagradas), Distrito Federal (cinco casas), Puebla, León, Saltillo, Mérida, Guadalajara y Cotija.

Perdidas en el laberinto de esa normatividad, han creado una figura “híbrida” que fue aprovechada por su fundador, que las convirtió en su ejército femenil. Tan sólo para el cumpleaños de éste, cada 10 de marzo se les solicitaba un “regalo económico”, un cheque aproximado de 250 mil dólares, cantidad que cada año se intentaba superar.

Según los Estatutos del Regnum Christi (RC), en el capítulo dedicado al tercer grado, de los que tiene copia MILENIO Diario, se establece un total sometimiento de juicio y se les exige que a los 15 años de haber sido consagradas entreguen la mitad de sus bienes patrimoniales presentes y futuros a la Legión y a los 25 años el total de éste, de los cuales no se dispondrá en vida de la donante, sólo de su usufructo.

Además, se indica que si cuentan con bienes al integrarse al RC los podrán conservar, y adquirir más, pero no administrar. Y podrán disponer del usufructo de éstos, pero sólo para obras de caridad y de ayuda al movimiento legionario.

A estas jóvenes diseñadas para ser sometidas se les recluta en sus colegios, entre los grupos de colaboradores y las secciones de jóvenes, las consagran desde los 17 años de edad y se les solicita a sus padres, si pueden pagar, 7 mil dólares anuales para su mantenimiento; en México durante varios años se les pedía una mensualidad aproximada de dos mil a tres mil pesos, para cubrir los gastos de la casa en donde vivían.

Son aisladas desde el primer momento en que ingresan, las normas son claras: con sus familiares pueden estar 15 días cada 7 años y una vez al año las pueden ver sus padres, en las ciudades en donde éstas se encuentren. También, tienen derecho a una llamada mensual que realiza la familia. Pero esta regla se puede romper si requieren conseguir recursos para los centros.

Para estas mujeres laicas, que no están consagradas como las religiosas de otras congregaciones, hay permisos especiales para salir del centro e ir con sus familias, los cuales se otorgan en caso de que su padre o madre se encuentren enfermos de muerte, sólo son ocho días, si en ese lapso no fallece, se regresan y es algo extraordinario conseguir otro pase.

Al interior del centro tienen prohibido hablar de lo personal entre ellas. Ahí debe reinar siempre el silencio, excepto en la media hora destinada para la comida y los 10 minutos que se les concede al final del día para charlar. No pueden ayudarse unas a otras en nada sin el permiso de su directora. Todo es controlado, incluso el ir al baño, lo cual tiene que autorizarlo su directora si están en tiempos de convivencia comunitaria.

La inflexible normatividad en la que viven las consagradas las obliga a hablar con su directora cada 15 días de manera confidencial; sin embargo, este diálogo es revelado a sus superiores. Situación que va en contra del derecho canónico (CIC 240,2), la Iglesia no permite que ni siquiera para la ordenación sacerdotal se revelen los contenidos de la dirección espiritual.

También se les asigna uno o dos confesores sacerdotes legionarios, únicos permitidos para confesarse cada semana. Y se les somete a una aplicación de un cuestionario semanal de 45 minutos que las hace sentir culpables y pecadoras, con preguntas como: “¿Soy irresponsable en el empleo del tiempo. Considero la pérdida del tiempo como una falta formal a la pobreza?

Para Marcial Maciel era importante la participación de las mujeres, pero sólo para conseguir donativos y captar vocaciones, porque siempre se opuso a que las consagradas estudiaran. A diferencia de los hombres que ingresan y se integran a las filas de las universidades.

Algunas ex consagradas confiaron a MILENIO Diario que a ellas, desde su adhesión, se les dijo que no era necesario que concluyeran carreras universitarias, algunas por seguir a Cristo abandonaron sus estudios; otras los continúan, pero asesoradas de manera individual por profesoras y aisladas de los centros universitarios.

La mayoría de las profesoras que les imparten los cursos pertenecen a la Legión, tienen poca capacitación y no se han titulado. Estas mujeres pueden estudiar publicidad, técnicas de comunicación humana y pedagogía, entre otras, pero “no la medicina”.

Pese a que el derecho canónico en el número 822 recomienda que se usen los medios de comunicación, pero con prudencia para cuidar la castidad, ellas no tienen acceso a prensa, televisión, radio e internet libre.

Bajo este régimen, un número importante de ellas se enferma y de acuerdo a testimonios de médicos y siquiatras que las atienden, acreditan que son mujeres sanas, pero antes de cumplir 30 años de edad tienen síntomas serios de “fibromialgia, neurosis, colitis, gastritis, transtornos del sueño y depresión”.

Las normas estrictas y los horarios a los que están sometidas les generan ansiedad, “obsesión y perfeccionismo, así como despersonalización, con actitudes regresivas.

En su vida cotidiana “no hay libertad por la opción personal, básica para una vida adulta plena y feliz, por lo que caen fácilmente en desesperación, desánimo y crisis emocionales.

Por eso muchas de ellas no rebasan los 40 años en ese estilo de vida, algunas se van enfermas y afectadas. Pero en una indefensión total, porque de acuerdo con su normatividad, si se enferma síquicamente se le envía de regreso a su casa.

– Claves

Reclutadas

• En sus promesas, además de castidad, pobreza y obediencia, tienen que cumplir otras tres: nunca desear… ni intrigar para alcanzar o conservar cargos o dignidades en el movimiento.

• No criticar jamás externamente, con palabras, escritos o de cualquier otro modo, ningún acto de gobierno, ni la persona de ningún director del movimiento y avisar de inmediato al director quién es el que critica. Evitar la crítica, la murmuración, los particularismos y la intriga, creando un ambiente de estima.

• De las consagradas el 8 de diciembre de 1969 sólo quedan 4, dos hermanas de apellido Magaña; Patricia Bannon (hermana de quien fue director territorial de la Legión en Estados Unidos) y Margarita Estrada.

Milenio
03 de mayo de 2010